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Una vida dedicada a la paz entre los Pueblos y
la dignidad y libertad para su pueblo de Palestina

Diario La Capital
Rosario, miércoles 30 de diciembre de 1987

Al finalizar el Año Internacional del Pueblo Palestino (ver)

Por Suhail Akel *

Las Naciones Unidas decretaron al año 1987 como el año internacional del pueblo palestino. También se han cumplido, en este año que finaliza, los 70 años de la declaración de Lord Balfour, los 40 de la partición de Palestina, los 20 de la guerra de 1967, y el quinto aniversario de los hechos de Sabra y Chatila.

No es una coincidencia, luego de que 1986 fuera decretado por las Naciones Unidas como Año Internacional de la Paz, que los organismos no-gubernamentales de la ONU reunidos en Ginebra, declararon a 1987 como Año Internacional del Pueblo Palestino; como tampoco son casuales los ítems tomados en cuenta de los distintos pasajes que transformaron al pueblo palestino en uno de los pueblos más castigados, ignorados, perseguidos y masacrados en la historia de los pueblos.

El hecho de las actuales preocupaciones de las Naciones Unidas y de sus distintos organismos en conseguir los derechos inalienables que le corresponde al pueblo palestino es en cierta forma la reparación moral de un acto sin precedentes en la historia de la humanidad, como fue la de realizar, sin el consentimiento de sus autóctonos habitantes y sobre una tierra totalmente habitada, la partición de la misma, creando fronteras ficticias que conllevaron a la lógica división, no sólo del territorio sino de su población, creyendo dar una solución a los judíos europeos que venían sufriendo otra de las grandes injusticias del hombre a través de los nefastos campos hitlerianos.

Sin embargo, la historia demostró que los judíos convivieron en Palestina durante siglos con sus hermanos árabes y formaban parte indivisible del pueblo palestino, con todos sus derechos ciudadanos y religiosos –pauta elocuente es la conservación intacta durante tantos siglos de los lugares sagrados que poseen los judíos en Jerusalem- , pero al tratar de injertar en Palestina a judíos europeos (ashkenazis) mediante la incidencia de las mentes colonialistas de Inglaterra en primer lugar y Estados Unidos en segundo, con el lógico incentivo del sionismo internacional surgido en 1897, el cual se proponía transformar la tierra santa en la “tierra prometida” de alemanes. Rusos, húngaros, polacos, etcétera de origen judío, que poseían distintas conformaciones físicas al judío oriental (sefaradí), como así mismo diferentes culturas y costumbres, esto creó el lógico anticuerpo por parte de aquellos que no querían ver modificada la esencia de Palestina, ni podían permitir una catástrofe territorial por parte de un ente que no poseía en ese momento un poder universalista para hacerlo, ya que estaba integrado solamente por 58 países, de los cuales 30 ellos aprobaron la partición (Argentina se abstuvo).

No obstante, y ya con el incondicional apoyo por parte de EE. UU., la agencia sionista logra la partición de Palestina, el desmembramiento de sus legítimos habitantes, y a partir de 1917 ese pequeño territorio, que dio a luz al hijo de Dios, de aproximadamente 22.000 km2, se transformó en el nido de sangre de todos los vampiros que se beneficiaron de ambos pueblos ya separados, para seguir avanzando con sus teorías expansionistas.

Pero claro, la historia ya es irreversible y hoy en día existen dos realidades, que son: un Estado militarista occidental en la región y un pueblo desplazado, un pueblo exiliado en su propia tierra y fuera de ella.

Ninguna de estas angustiantes situaciones fueran las previstas por las Naciones Unidas para concretar la partición, y esto es lo preocupante, cómo detener al agresivo Estado israelí y cómo detener las constantes ansias de exterminio contra el pueblo palestino. Creemos que la solución está latente en el espíritu de los israelíes progresistas que se reunieron con la OLP en Rumania y Budapest, y el aporte de los hermanos judíos progresistas que se reunieron con los palestinos justamente en la Argentina, y de donde, desde estos tres puntos en el mundo, entre tantos otros, se coincidió con una Conferencia Internacional de la Paz, dentro del marco de las Naciones Unidas, con la participación tanto de Israel como de la Organización para la Liberación de Palestina –OLP- único y legítimo representante del pueblo palestino, en pie de igualdad junto a las otras partes en conflicto y los cinco miembros permanentes del consejo de seguridad de la ONU.

La OLP ya lo aceptó, y los israelíes y judíos progresistas, junto a los hombres amantes de la paz, también, ahora la palabra la tienen los gobiernos de Israel y de los Estados Unidos, siendo ellos los responsables de que en el futuro de las generaciones judías y palestinas se conviva con el sabor de la vida o el de la muerte.

* Representante de la Oficina de Información Palestina

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